lunes, 28 de diciembre de 2009

Reflejos del pasado

La mente es frágil y con el tiempo los recuerdos se difuminan. Llega un día que los rostros y voces de aquellos que hemos conocido empiezan a desvanecerse poco a poco, en que los recuerdos se entremezclan y los nombres se vuelven confusos. Nuestra mente es barrida por la marea y la resaca tan solo deja caos y confusión. Es en esos momentos que solo nos quedan pequeños detalles de los antiguos amantes. Chocolate y menta, licores dulces, unos labios que sabían a tinto y nicotina, un aroma sutil a perfume… cosas que cuando nos encuentran abren puertas que creíamos que ya no existían y somos embargados por un torrente de emociones inexplicable. Por un momento el pasado devora nuestro presente. ¿Que nuevas esencias y recuerdos vacíos nos depara el futuro?

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