domingo, 27 de mayo de 2012

Cicatrices

Hace tiempo solo veía las cicatrices que me cubren, y sentía vergüenza de las mismas, las odiaba. Veía aquellas cicatrices que están en mi piel y aquellas que están ocultas mas allá de la misma. Aquellas de las cuales no era capaz de hablar , que no era capaz de admitir que estaban allí. Cicatrices atadas al silencio y a la vergüenza, a un dolor que hacia tiempo que tendría que haber desaparecido pero al cual me ataba en un anhelo masoquista. Donde ya solo quedaba la cicatriz yo me esforzaba por ver una herida sangrante. Y envolvía esas cicatrices con vendas de silencio, incapaz de mostrarlas a otros por miedo a ser juzgado. Todo giraba alrededor de lo mismo, miedo y vergüenza, la incapacidad de admitir lo que sucedió en el pasado convirtiéndolo en un lastre que me impide avanzar. No fue hasta que perdí ese miedo que no descubrí que no soy el único que tiene el cuerpo y la mente cubierto de cicatrices. Pero también asimile que las cicatrices que tengo son las que definen en parte la persona que soy y la persona que deseo ser. Ya no siento vergüenza de ellas, son parte de mi y negar una parte de ti o sentir vergüenza de ella es negarte a ti mismo. Mis cicatrices, incluso aquellas que no se ven sobre mi piel son parte de mi, y no me avergüenzo de ellas. No seria yo sin ellas, no realmente: definen en parte quien soy y me impulsan en parte a convertirme en la persona que deseo ser a día de hoy. Y ya no siento vergüenza o miedo de mostrarlas a los demás.

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